A las 2:10 a.m. aterrizamos en el aeropuerto internacional de Ataturk en Estambul. Sin haber dormido nada, ni siquiera una cabezadita, tenemos que pasar parte de la noche en la terminal del aeropuerto porque no tenemos reserva de hotel para esta noche. A las 7:10 hemos quedado para que nos recojan en autobús para llevarnos a Ankara, no obstante, tenemos que pasar este gap de tiempo como podemos. Tomando café aguado, horrible y super caro aguantamos como podemos los envites del sueño. Estambul es una ciudad cara, al menos el aeropuerto tiene un nivelazo, yo diría que es más caro que un aeropuerto europeo de primera, ya ni siquiera el Prat.
Nos dirigimos hacia un estand de la empresa de alquiler de coches Alamo Rent a Car. El tipo, como un lince, nos lía para que le contratemos un servicio de minibús que nos llevará hasta nuestro hotel y nos irá a buscar el día 26 para volver a Barcelona. Por el módico precio de 50 euros nos llevan y nos traen de vuelta al aeropuerto de Ataturk. Tomamos nuestros bártulos y nos subimos a una furgoneta Renault Traffic que nos lleva a toda velocidad ( 80 km/h por el centro del ciudad). El tiparraco fornido que conduce la furgoneta no encuentra el hotel donde hemos quedado para reunirnos con el grupo para ir a Capadocia. Esto nos hace desconfiar un poco y nos sentimos inquietos. El hombre se va parando por diferentes lugares y llama a las puertas en búsqueda de indicaciones que le condujeran a nuestro hotel. Es todo muy raro. Nos extraña, con la buena pinta que tenían las fotos y por lo céntrico que parecía en Google Maps, que constara tanto de encontrar.
Finalmente todo se arregla y llegamos a destino. Ahora el problema es combatir el sueño. Nos quedan más de dos horas hasta la hora de recogida acordada. Matamos el tiempo explorando el terreno y haciendo fotos, muchas fotos. El paisaje recuerda mucho a una ciudad europea, con el suelo adoquinado y edificios bajos y casitas de estilo inglés, era como estar en un pueblecito de Inglaterra o Irlanda. Nos encontramos en el barrio de Sultanahmet, a escasos metros de la mezquita de Santa Sofía y donde se encuentan los principales puntos de interés turístico de la ciudad. Ya amaneciendo, la calma del lugar se ve interrumpida por el canto del Imam que llama a los fieles a la oración. Nos esperaba algo así en ese momento, se me pusieron los pelos de punta. Realmente impresionante si no lo has vivido nunca.
Hacia las 7:30 a.m. aparece el individuo de la agencia para montarnos en el bus e iniciar nuestro viaje a la Capadocia, en la Anatolia Central.
Nos dirigimos hacia un estand de la empresa de alquiler de coches Alamo Rent a Car. El tipo, como un lince, nos lía para que le contratemos un servicio de minibús que nos llevará hasta nuestro hotel y nos irá a buscar el día 26 para volver a Barcelona. Por el módico precio de 50 euros nos llevan y nos traen de vuelta al aeropuerto de Ataturk. Tomamos nuestros bártulos y nos subimos a una furgoneta Renault Traffic que nos lleva a toda velocidad ( 80 km/h por el centro del ciudad). El tiparraco fornido que conduce la furgoneta no encuentra el hotel donde hemos quedado para reunirnos con el grupo para ir a Capadocia. Esto nos hace desconfiar un poco y nos sentimos inquietos. El hombre se va parando por diferentes lugares y llama a las puertas en búsqueda de indicaciones que le condujeran a nuestro hotel. Es todo muy raro. Nos extraña, con la buena pinta que tenían las fotos y por lo céntrico que parecía en Google Maps, que constara tanto de encontrar.
Finalmente todo se arregla y llegamos a destino. Ahora el problema es combatir el sueño. Nos quedan más de dos horas hasta la hora de recogida acordada. Matamos el tiempo explorando el terreno y haciendo fotos, muchas fotos. El paisaje recuerda mucho a una ciudad europea, con el suelo adoquinado y edificios bajos y casitas de estilo inglés, era como estar en un pueblecito de Inglaterra o Irlanda. Nos encontramos en el barrio de Sultanahmet, a escasos metros de la mezquita de Santa Sofía y donde se encuentan los principales puntos de interés turístico de la ciudad. Ya amaneciendo, la calma del lugar se ve interrumpida por el canto del Imam que llama a los fieles a la oración. Nos esperaba algo así en ese momento, se me pusieron los pelos de punta. Realmente impresionante si no lo has vivido nunca.
Hacia las 7:30 a.m. aparece el individuo de la agencia para montarnos en el bus e iniciar nuestro viaje a la Capadocia, en la Anatolia Central.
